Yo no voy a la fiesta, yo soy la fiesta.

 Un año más nos hemos reunido numerosos miembros del Grupo Abantos para celebrar nuestra cena anual. Una tradición que llevamos realizando desde los comienzos del grupo.

 

El Restaurante El Acebo es el lugar desde hace años elegido para realizar nuestra fiesta anual por su servicio, su personal y su comida deliciosa y abundante.


Todos llegamos puntuales al lugar, bueno siempre hay alguien que llega un poco más tarde pero el se merecía nuestra espera. Abrazos, besos, algún saludo lejano y comenzamos la fiesta.

Comenzó el desfile de los platos que elegimos, este año cenaríamos de raciones para que no nos sucediera lo de años atrás que muchos no pudieron acabar con su menú.


Una ración de croquetas, otra de calamares, morcilla, bravioli. una cerveza, un vino. La comida empezaba a sobrar en algunas zonas de la mesa. Se empezó hablar de los tápers. Cuando llegaron los postres la comida sobrante ya estaba preparada parada. 

El presidente vació la mochila. ¡Sí, se trajo la mochila! Tazas, bragas de cuello, camisetas... Comenzó el sorteo. Los concursantes disfrutaron del juego.

Llego el momento de hacerse la foto con nuestra bandera de Abantos. 



Nadie se esperaba la gran sorpresa de la noche. ¡¡La nueva bandera de Abantos!!


La cena tocaba a su fin pero quedaba aun mover el esqueleto en algún lugar cercano. Despedidas de los que la cama les llamaba y se tenían que ir a casa.
El local para tomar algo y bailar un poco nos estaba esperando. El Bálamo, un  lugar para disfrutar comiendo y luego bailando. Nosotros disfrutamos de lo segundo, la noche era joven.

La noche llego a su fin, un año más podíamos decir que la fiesta de Abantos había sido un nuevo éxito. Todos regresamos a casa esperando la llegada de una nueva ruta para volver a juntarnos y disfrutar de la naturaleza.

Quiero dar la gracias a todos los que pudisteis acudir a la cena de Abantos y a toda la gente que pertenece al grupo, sin vosotros esto no podría llevarse acabo. 

Hasta la próxima aventura