Este fin de semana nos aventuramos ha realizar una nueva ruta de senderismo. Aunque las previsiones de tormenta eran muchas decidimos ir a la aventura y enfrentarnos a nuestro maravilloso destino y nos fuimos de ruta. 

En esta ocasión alejarse un poco de las altas cimas como Peñalara, la Maliciosa y otras y como no alejarse de la Pedriza lugar que no nos gusta visitar en un día de tormenta...

Iniciamos la ruta desde Collado Villalba un lugar que ya hace años también utilizamos para escapar en un día lluvioso. El grupo por si acaso estaba bien equipado por si el cielo se cabreaba y empezaba la lluvia.

Los cielos se cubrieron de nubes pero nosotros caminamos por los senderos del lugar sin miedo. Nos alejamos de las casas a gran velocidad iniciando un ascenso fácil. Cada parada era para observar como se veía la sierra desde aquel lugar.

La vegetación primaveral se podía contemplar a cada paso. El romero, la jara florecida y otras flores adornaban nuestro camino. 
Nuestro proyecto de subir a la Silla del Diablo sin lluvia cada vez parecía más lejana. Cielos cubiertos y esa humedad en el ambiente. El arroyo de Peña Herrera y su pequeña cascada fue uno de los lugares más bonitos que vimos en nuestro camino hacia nuestro objetivo del día.

La lluvia apareció, nos protegimos y seguimos nuestro camino con la ilusión de ver la Silla del Diablo. 


Veíamos nuestro objetivo a lo lejos y el cielo nos dio una tregua. El ascenso era agotador pero se realizaba con mucha ilusión.

Teníamos que regresar el día parecía ponerse más feo de lo normal. Objetivo conseguido, una preciosa jornada y una compañía maravillosa.  

La ruta fue muy bonita, el tiempo no ayudo mucho pero nos dio una tregua para lograr nuestro objetivo que era llegar a la Silla del Diablo. Ahora sí podíamos decir aquello de...


¡RUTA SUPERADA!