Valsaín Peñalara una gran aventura.

Aparco en la misma entrada de Valsaín, frente al Centro Nacional de Educación Ambiental. Lo atravieso, con el macizo de Peñalara enfrente. Toda esta zona está cubierta por senderos, y estos llenos de senderistas que pasean por la zona. Es muy bonita, con mucho bosque, que irá desapareciendo según gano altitud. Tal vez por estar tan tapada por los árboles, el GPS tarda una barbaridad en captar señal. Lo consigue a los tres kilómetros de empezar a andar, así que la ruta es algo más larga de lo que se indica.

Hay muchos cruces, pero la dirección es obvia: hacia la montaña. Salvo alguna salida del camino, para acortar determinados trechos, toda la subida es por sendero, siempre subiendo, siempre subiendo.

En el momento justo, cuando se empieza a notar que los árboles se van abriendo, giro a la derecha para seguir llaneando hasta llegar al refugio de Aránguez. Sigue estando bien cuidado. Hay unos chavales que se han quedado a dormir aquí esta noche. Es bastante acogedor.

El resto del camino desde el refugio hasta la cima va por la directísima. Toda la subida tiene hitos, aunque el camino brilla por su ausencia. Es una ladera de piedras, más pequeñas abajo, y más grandes según se avanza.

La subida no es complicada, pero sí bastante costosa. Hay mucho desnivel en poco tiempo, y es cansado. Viéndolo desde abajo, me había imaginado más verticalidad, pero la perspectiva engaña y no tiene tanta. Eso sí, no da tregua.

Mirando hacia atrás, hacia Segovia, ya no se ve más que meseta. Aquí se acaba Guadarrama, y desde este punto ya no se ven montañas. Las hay, claro, muy a lo lejos, pero hoy está nublado y no se distingue ninguna.

Sin ninguna prisa, y dando gracias porque no ha hecho nada de calor y sopla un vientecito muy refrescante, acabo superando las últimas rocas y llego al vértice cimero. Siempre es un placer subir Peñalara, aunque sea una montaña tan masificada. Las vistas aquí siempre compensan las molestias de la subida. Y hoy, a pesar de ser domingo, no hay mucha gente.

Paro a comer un rato, ocultándome del viento, e inicio el descenso por Claveles. Cruzar este cordal es sencillo pero divertido. Tras el Risco de los Pájaros, bajo a la Laguna de los Pájaros, donde se acumula algo más de gente, y sigo hacia el Collado de los Neveros o Quebrantaherraduras. Con la floración de los piornos, toda esta área está muy colorida.

En el collado, salgo del cordal de los Carpetanos y enfilo la bajada, por sendero, hasta cruzarme con el camino de subida. Hay solo un corto trecho campo a través para enlazarlo. El resto es un agradable paseo por los bosque de Valsaín.