La Poza de Sócrates

Aquella calurosa mañana de primavera, en las que en Madrid anunciaban elevadas temperaturas decidimos irnos de paseo al Puerto de Cotos. Teníamos que escapar del calor y disfrutar de la naturaleza.

El ritmo de Venta Marcelino es siempre más relajado que el de cualquier otro local que uno de la capital. Nos toco esperar un poquito a que abrieran y así fueron llegando nuestros compañeros de ruta.
Desayunamos, charlamos y nos pusimos al día con muchos temas. Aquel lugar nos traía muchos, muchísimos recuerdos.
Nos colocamos el equipo y nos pusimos en marcha. Muchos dudaban el camino a seguir, en aquella ocasión Peñalara seria nuestra vigilante, nuestro camino seria por la otra vertiente montañosa.
Nos dirigimos en dirección a Valdesquí, pero no por la carretera, lo hicimos por una senda paralela a esta. No pudimos resistirnos y nos paramos para realizar una preciosa foto de inicio de ruta.



Caminamos un poco por aquel espectacular lugar y de nuevo tuvimos que realizar una parada en el camino. Aquello era el paraíso, no pudimos dejar de contemplar con admiración aquel precioso lugar.

Iniciamos la marcha hasta que llegamos al Refugio del Pingarron. Que puedo decir de aquel lugar. Impresionante. Más de uno opinamos que no dudábamos ver al Abuelo de Heide y a ella en el lugar,¡Impresionante!.

Descendimos por una senda oscurecida por el espeso bosque, el sonido del agua inundaba el lugar. Aquel cambio de paisaje era tan impresionante que a todos nos sorprendió muy gratamente.


Caminamos junto aquel precioso arroyo con numerosos saltos de agua, preciosos paisajes y una bella vegetación. No podíamos dejar de pararnos para disfrutar de aquel entorno de cuento de Hadas. Cuanta belleza junta.

Llegamos a uno de esos lugares que por mucho que lo veas en foto tienes que disfrutarlo en persona. la Poza de Sócrates nos sorprendió por su belleza natural. Nadie quería irse de aquel lugar sin un recuerdo fotográfico.

   
Continuamos el camino bajo la influencia del arroyo y las profundidades del bosque. Aquel paraje era mágico. En algunos instantes abandonamos la senda para disfrutar del poder del agua.


La sucesión de las Pozas era continua y los parajes cada vez más bonitos. Decidimos visitar un lugar que poesía su propio encanto natural, una poza solitaria, la Poza de Joselu. Aunque el reloj nos decía que era pronto para parar a comer , no nos quedo más remedio que montar el campamento y disfrutar comiendo en aquel pequeño paraíso.
Nuestra marcha se reinicio por amplia senda protegida por los impresionantes pinos de aquel hermoso bosque. Cruzamos el famoso Río Lozoya o de la Angostura y caminamos en dirección a la carretera. Los rayos del sol casi no penetraban en la espesura del bosque en algunos momentos.
Cruzar la carretera fue fácil y encontrar el camino de regreso también. Ahora solo teníamos que caminar por la senda paralelos a la carretera.

Llegamos a una impresionante pradera donde una vez más las vistas panorámicas eran especialmente bonitas. La Bola, Cuerda Larga y más muchas cimas más. Peñalara nos observaba a lo lejos y nosotros disfrutábamos del pequeño paraíso. Tomamos el Camino Viejo del Paular, la ruta estaba en su fase final.
Faltando unos 200 metros todo el pequeño grupo saló corriendo.
- ¿Todos?.
Ja, ja, ja. Bueno, Rosa que no sabia nada y Chema " El nuevo" se quedaron paralizados.
¿Que pasaba?
Rosa miro a tras pero no vio la vaca y Chema no se podía creer que fuera real lo que le habíamos comentado horas antes.
Mira Chema, cuando queden 200 metros salíamos corriendo y el ultimo invitaba a los tercios.
Risas aparte, llegamos a la Venta Marcelino con la sonrisa de mejilla a mejilla una vez más la ruta había sido un éxito y esta en especial quedaría grabada en el libro de las hermosas caminatas de Abantos.
Ahora podíamos decir: