Los 7 Magnificos, la Ruta-Mixta.

 Nuestra elección de realizar la gran ruta circular Cercedilla -Puerto de Navacerrada-Cercedilla era un proyecto que un tiempo atrás nos dejo una pequeña espinilla en nuestros corazones montañeros.

 Nuestro punto de encuentro fue la estatua de Paquito, en el centro de nuestro pueblo montañero cercano a la montaña que tanto nos gusta, Cercedilla.
 Como siempre nuestra puntualidad fue exquisita, un desayuno exprés ( Menos denso de lo habitual) y rumbo a nuestro punto de partida.
 Las viejas tecnologías adaptadas al dueño, sincronizaron el camino a seguir con los coches a estilo montañero y claro nos vimos con los coches por una senda empedrada rumbo a Camorritos. Que puede decir este que escribe, hasta mi móvil es ya un montañero aguerrido.
 Ni lo dudamos aparcamos el coche en aquella senda cercana a la civilización a tan solo 500 metros de Camorritos he iniciamos la marcha desde ese punto. "Quizás sin saberlo fue una decisión del destino".
La foto de inicio de partida fue como siempre muy divertida alegre y espontánea.

El camino hasta Camorritos esta muy bien definido, no necesitamos tirar de tecnología. Las risas y las conversaciones comenzaron en el camino. Eramos siete pero bien avenidos. Relentizamos la marcha hasta nos paramos para dejar paso a unos senderistas muy especiales que a diferencia nuestra su guia iba detrás. Aquella caballería nos hizo un adelanta miento por la izquierda de los que dejan huella, ja, ja. Un bonito comienzo para nuestra larga caminata. Camorritos estaba ante nosotros.

 Abandonada a su destino la estación de Camorritos nos recibió en silencio. Solo alguna vez se escucha el sonido del tren pasar que desde Cercedilla irrumpe por los bellos parajes de las montañas para llegar hasta el Puerto de Navacerrada y posteriormente hasta el Puerto de Cotos.

 Nuestro camino continua por el GR-10 esa senda que poco a poco va tomando forma y aumenta en inclinación.
 Nosotros no teníamos planeado seguir aquel sendero mucho tiempo. Llegamos hasta las ultimas viviendas, hasta una gran explanada. El GR-10, continuaba su camino pero nosotros nos adentraríamos el las profundidades del bosque por una senda que partía a nuestra derecha.
 El sendero avanzaba cercano a un precioso arroyo, nuestra llegada al lugar donde teníamos que cruzar el arroyo de nombre gracioso fue inminente.


  Arroyo del Polvillo, no pudimos resistirnos a fotografiarnos en el lugar.
 

 Entre magestuosos pinos silvestres y acebos, continuamos la marcha. El camino no tenía perdida alguna.






Hicimos caso omiso a las indicaciones de la ruta establecida y seguimos una pequeña senda que nos llevaría hasta la Chorrera del Pradillo objetivo a conseguir por la ruta inicial. Nuestra elección fue sin duda mucho mejor. No solo disfrutamos del hermoso paisaje arbóreo del lugar, nos enamoramos viendo el agua cristalina fluir montaña abajo, contemplando pequeñas chorrearas que aunque no tenían nombre importante nos deslumbraron por ser tan hermosas. El camino nos encandilo a todos. Parecía que estábamos en un cuento de hadas.

 Cruzamos el río y cogimos otra preciosa senda la denominada, camino pata de Cabra. No era una senda amplia pero el paisaje nos asombraba. Iniciamos un ascenso vertiginoso hacia el siguiente camino la senda de los Herreros. La nieve surgía por momentos con más fuerza se notaba que estábamos ascendiendo.
 La Fuente del Acebo junto a un impresionante Acebo nos indicaba que el nuevo camino a seguir estaba hay mismo delante de nosotros. Las marcas en los pinos y los hitos nos guiaron por la senda de los Herreros. 
 
 El camino era muy técnico, pequeños pasos, mucha roca, nieve, cuestas empinada y una mole de rocas ante nosotros.

Siete Picos nos observaba y vigilaba en nuestro ascenso vertiginoso. 
 


Muchas fueron las paradas para unir al grupo, para coger aire y como no para disfrutar de los paisajes. La niebla, nos amenazaba desde lejos pero no se atrevía a acercarse a nosotros.

Nuestra llegada a la Pradera de los Siete Picos fue apoteósica, por fin estábamos en lo más alto. La niebla que nos seguía distante, decidió tomarse un respiro y nos mostró el encanto natural de los bellos paisajes que nos rodeaban. Fue el momento que elegimos los 7 Magníficos para comer.


Iniciamos el camino rumbo al Puerto de Navacerrada. El camino estaba clarisimo, aunque la nieve cubriera parte de este. Llegados a los remontes de aquella pista que estaba pidiendo nieve, descendimos felices hasta el Puerto. Salir de ahí fue una aventura, la famosa puerta con alambre anti fugas, la valla de palos. ¡Bueno, salimos!

El descenso fue rápido, por aquella senda amplia que por momentos se convirtió en una jungla de difícil caminar pero que nos llevo a la tierra prometida sin riesgo para nuestras debilitadas piernas.
 
Pasamos por diferentes sendas, arroyos y atajos, la noche quería unirse a la fiesta de la ruta. Sin querer o queriendo llegamos al Pino de la Cadena un clásico de nuestra sierra y...

Un par de atajos, una amplia senda y parada técnica para explicar los pasos a seguir en aquella mini ruta nocturna. Frontales en la cabeza, todos en fila india y juntos...