Un paseo por la Cascada del Purgatorio.

 Rascafría nos acogió como siempre con los brazos abiertos. Tomamos café en nuestro bar de siempre Juanito.

Iniciamos nuestra ruta por la zona donde aparcan los autobuses. Por el margen izquierdo del río Lozoya. La foto de inicio de ruta no se hizo esperar.


El camino nos llevaba hasta el famoso bosque pero antes hicimos una parada en el puente nuevo que sustituye al que antes había y que en nuestra anterior visita no pudimos pasar por estar roto.


Llegamos al Bosque Finlandés que como siempre tiene ese encanto tan especial con su pequeño embalse. Un lugar con nostalgia. 


Nos acercamos al puente del Perdón, con el Monasterio del Paular de fondo. 

Llegamos a las presillas que como todos los lugares de agua ha estas alturas estaban casi secas. ¡Una pena!




Fuimos por el sendero más salvaje, como nosotros decimos. Le llamamos así por que el terreno es más abrupto, hay muchos saltos de agua... 


Llegamos a la Cascada del Purgatorio y disfrutamos de su belleza. 

Regresamos por la pista que es menos rocosa y salvaje. El día se estaba acabando.

Paramos en el chiringuito de las presillas y celebramos el final de ruta.

Regresamos tranquilamente por el camino que hay pegado a la carretera.