Un tipico día de otoño.

 
En el puente de la Almudena decidimos realizar una ruta aunque el día se anunciaba lluvioso. Elegimos Robledo de Chavela y uno de sus lugares más destacados que esta pequeña localidad ofrece. La Almenara situado a 1259 metros fue la cima elegida. 
Llegamos a Robledo de Chavela con la lluvia anunciando que la jornada sería pasada por agua, nosotros estábamos preparados para todo. La cosa en realidad no pintaba nada bien pero teníamos que agarrarnos a las previsiones meteorológicas que decían que a las 10:00 am dejaría de llover. 

Iniciamos el camino sorprendidos por el cese inmediato de la lluvia, El día de ruta lo arrancamos  bien y eso nos dio muchos ánimos para comenzar la marcha.

La senda estaba bien definida era el GR10 que nos llevara hasta Lisboa pero en esta ocasión hemos decidirlo no hacerlo. A la izquierda dejamos otro de los famosos picos de la zona el de Almojón (1178m). Una aventura que hemos guardado en la agenda.

Nos desviamos por una pequeña senda a la derecha que nos llevaría hasta el objetivo del día.  Los paisajes con las nubes eran un espectáculo para la vista.
El día mejoro sorprendentemente, el sol apareció y el camino a la cima se nos hizo más fácil. Ahora solo nos quedaba subir un par de elevaciones de tierra y llegaríamos a nuestro objetivo del día.
Ante nosotros teníamos aquella pequeña gran cima, Buscamos un ascenso que fuera menos peligroso que el que los caminos indican pero no fue posible encontrarlo. Decididamente si queríamos llegar a la cima teníamos que ascender por la ruta marcada.
El ascenso era peligroso y las piedras mojadas lo hacían aún más peligroso así que lo dejamos anotado para subirlo en una próxima aventura. Mejor eso que partirnos la cabeza. Que la sangre sale muy mal. 
Sacamos las banderas y nos hicimos la famosa foto de grupo. El día nos estaba acompañando.
Unas gotas de agua hicieron que nuestro regreso fuera rápido y desordenado. Algunos no podíamos dejar de observar la belleza del entorno. 
El arcoíris ilumino nuestro regreso a Robledo de Chavela. Aquel hermoso día lo recordaríamos como una preciosa ruta que nadie esperaba, el hermoso día que nos hizo y sobre todo lo mejor los compañeros de camino.

Ahora podíamos decir nuestra histórica frase:

¡RUTA SUPERADA!