Mirador de la Maliciosa.


Aquella mañana de Febrero elegimos visitar un paraje de gran belleza y con unas vistas de gran hermosura. La barranca y su precioso mirador siempre nos sorprendia,

Iniciamos el camino desde el aparcamiento de la Barranca en Navacerrada. El día nublado y frio nos prometia momentos de lluvia y niebla en las cumbres. 

Aquella mañana de febrero elegimos visitar un paraje de gran belleza y con unas vistas de gran hermosura. La barranca y su precioso mirador siempre nos sorprendía,



Iniciamos el camino desde el aparcamiento de la Barranca en Navacerrada. El día nublado y frío nos prometía momentos de lluvia y niebla en las cumbres.

El camino a nuestro destino no tenía perdida alguna, una pista ancha de tierra que nos llevaba directamente hasta el lugar donde la ruta tocaba a su final. Nuestra primera visita fue la de los embalses que estaban repletos de agua.

En Abantos los tramos de ruta fáciles no existen y realizamos un desvío por una estrecha senda hasta que alcanzamos una pista entre pinos que nos llevaría a nuevos y inéditos parajes que muchos no conocían.

La pista nos llevó hasta una pequeña pradera donde en su día hubo un sanatorio para curar a gente. Aquel sitio tenía unas preciosas vistas.

Llegamos al Mirador de las Canchas desde el cual podíamos ver la Maliciosa, pero la niebla no lo ponía difícil. Como teníamos que visitar Peña pintada decidimos probar suerte al regresar.

Iniciamos un ascenso a Peña pintada sin mucha idea de llegar al punto que dijimos la niebla no nos dejaría ver nada, así que subimos un poco y cuando llegamos a la zona de más piedras descendimos.

El Mirador de la Cancha nos esperaba con menos niebla y logramos alguna que otra foto y algún video.

Ahora tocaba descender de regreso a los coches. La ruta era preciosa, pero el clima frío y húmedo no nos había ayudado en ningún momento. Comer fue toda una estrategia de análisis de terreno y una zona donde algún rayo de luz solar nos llegara.

Llegamos a los coches con gran alegría de la preciosa ruta realizada ahora tocaba celebrarlo. Navacerrada por motivos varios no fue el lugar elegido, en Becerril de la Sierra nos tratan mejor.


Ahora si podíamos decir:

¡RUTA CONSEGUIDA!