La manta térmica

Uno de los items de seguridad básico imprescindible en todo equipo de montaña es la manta térmica. Un accesorio que ocupa poco espacio, es ligero y puede salvar la vida de un montañista ante una situación de emergencia.
Gracias al material especial con el que es fabricada, la manta térmica ayuda a mantener la temperatura corporal. Pero es importante saber como usarla para evitar sufrir los efectos contrarios a los requeridos ante una emergencia.
Cómo utilizar la manta térmica
La manta térmica tiene 2 lados, uno dorado y otro plateado, esto es así porque también sirve para señalar la posición del montañista tanto para sus compañeros como para un equipo de rescate. Cada lado de la manta térmica cumple una función, reflejar la luz solar o lunar, siendo además un artículo que tanto sirve para amortiguar el frío como las altas temperaturas.
Así, ante un situación de hipotermia (temperatura corporal por debajo de los 35ºC), el objetivo de la manta térmica es ayudar a aumentar la temperatura corporal. Esto puede ocurrir ante accidentes o emergencias en rutas invernales y es indispensable mientras el montañista espera la llegada del equipo de rescate.
En el caso antes mencionado se debe utilizar la parte plateada de la manta térmica en contacto con el cuerpo y dejar la cara dorada hacia el exterior. Esto permitirá absorver más calor por la radiación solar, aumentando la temperatura y evitando la pérdida de calor.

Manta térmica para deportes de montaña

Específicamente existe la manta térmica de supervivencia, un compañero indispensable junto con el botiquín de primeros auxilios. La manta térmica para deportes de montaña es importante tanto si el clima es frío, hace calor o cuando el deportista hace incursiones en cuevas o barrancos.
También conocida como “manta de emergencia o de supervivencia” la manta térmica es rectangular fabricada de un material aluminizado y se presenta en tamaños variados, pero debe ser lo suficientemente grande para poder rodear el cuerpo del deportista.
Sin embargo, cabe destacar que la manta térmica para deportes de montaña no hace magia, pues debe complementarse con otros materiales y el deportista debe conocer ciertas técnicas de uso y supervivencia.

Tipos de mantas térmicas

Existen distintos tipos de mantas térmicas, por tipo de aluminizado y por estructura o construcción.
Manta doble cara aluminizada
Es muy práctica porque puede colocarse de ambas caras, que son casi iguales, y las dos cumplen perfectamente el principio de barrera de protección entre quien la usa y el tiempo.
Este tipo de mantas no importa como las coloques ya que ambas caras son prácticamente iguales. Aunque no hacen milagros, cumplen perfectamente el principio de barrera entre el usuario y la meteorología.

Manta aluminizada y dorada

Esta manta tiene dos caras una aluminizada y otra dorada, en función de las necesidades del deportista, pero es importante conocer la cara que se coloca hacia el cuerpo y la que se coloca hacia el exterior.

Manta sin estructura y lámina fina

Es la más común de las mantas térmicas, muy similar a una pieza de papel de aluminio. Son más débiles pero también las más económicas, aunque es preciso tener cuidado de no romperla al utilizarla.

Manta sin estructura y con lámina de gran espesor

El material base de este tipo de manta térmica es de mayor grosor, ocupa un mayor espacio en la mochila, pero tiene mayor resistencia y durabilidad.

Manta con estructura filar interna

La lámina tiene una resistencia formada por la estructura filar en forma de cuadros que cubre toda la manta de supervivencia, y lo bueno es que en caso de rotura, lo hace solo por sectores pequeños (cuadraditos), ya que los hilos impiden que se rompa por completo.

Manta térmica tipo saco

Es una manta térmica de supervivencia con forma de saco, es mucho más fácil de usar, pero en caso de un accidente de montaña y un deportista con politraumatismos, es difícil introducirlo en la manta.
Más allá de las clasificaciones, lo más importante a tener en cuenta antes de adquirir una manta térmica es que la misma debe permitir, como mínimo, cubrir completamente la mitad del cuerpo con la manta o el cuerpo entero en caso de estar acostado.