Cabeza de Líjar una aventura invernal


Una semana más decidimos aventurarnos en una de nuestras rutas. Aquel día subir hasta el precioso Puerto del Alto del León para realizar nuestra ruta fue Un lugar lleno de historia, un lugar donde los montañeros de dos provincias, Segovia y Madrid iniciaron numerosas hazañas.
Despues de un desayuno copioso, nos preparamos para la aventura. La niebla en aquel instante era nuestra enemiga pero no nos detendría en nuestra a ventura. Las previsiones de lluvia eran mínimas y todos estábamos muy bien equipados para circunstancias adversas.
La niebla parecía no quería irse y seguro que nos acompañaría gran parte del día. Como siempre la foto de inicio de ruta no se hizo esperar.
   
Iniciamos el camino
por una senda asfaltada, en la que a la izquierda teníamos los restos de bunkers de la Guerra Civil Española y al otro una pequeña base militar. Nos sentíamos vigilados y seguros.

Con aquella intensa niebla húmeda y el fuerte viento que en algunos momentos nos encontramos, teníamos muy claro que teníamos que cambiar de planes. Decidimos seguir la pista y no adentrarnos por el bosque donde las ramas y la dureza del camino, nos podíamos poner en riesgo.

El camino era fácil de caminar y no tenía perdida. Nos encontramos con unos amigos equinos con los que tuvimos un precioso momento de divertidas anécdotas y preciosas fotos.
La lluvia fina se hizo más intensa y la niebla nos hicieron parar para ponernos los ponchos, chubasqueros y protectores de mochila. Parecía que estaba empeorando pero nosotros decidimos continuar.
Llegamos al cruce de caminos donde el guía dudo y aunque caminamos unos metros al frente.rápidamente rectificamos, Ahora nos quedaba el ascenso a Cabeza de Lijar nuestro objetivo del día.

El camino de subida era más complicado de lo normal por la abundancia de piedras, el empeoramiento del clima y el poco animo de llegar a la cima y no ver nada.

Llegamos al búnker de Cabeza de Líjar y muchos se sorprendieron de aquel paraje. Visita a las entrañas del lugar fotos con la bandera. Ciertamente la mañana no parecía despejar, en esta ocasión no pudimos disfrutar del paisaje.
   
Decidimos regresar
por el mismo lugar por el cual habíamos llegado hasta Cabeza de Líjar, la lluvia y el viento seguían siendo los amos de la climatología.
Llegamos a la amplia senda que nos llevaría hasta el puerto. Ahora sí parecía que el tiempo estaba mejorando y disfrutamos del camino.

El cielo se despejo y por fin contemplamos los hermosos paisajes del lugar. No nos pudimos resistir a fotografiar la belleza que la naturaleza nos ofrecía.

Llegamos al puerto con la ilusión de a ver realizado una preciosa ruta pero con la decepción de no a ver disfrutado de toda la belleza de los paisajes que las vistas desde Cabeza de Líjar.
Como no habíamos comido por culpa de la situación climática intentamos tomar algo en el puerto pero había demasiada gente. nuestro guía que conoice el entorno nos llevo a un pequeño restaurante donde seguramente encontraríamos sitio y estariamos más tranquilos.

Lajarosa 3 nos encanto. Comimos tranquilamente en aquel lugar y disfrutamos de un final de ruta largo, largo....

Ahora sí podíamos decir aquello de: