La aventura de Hoyo Cerrado

 El sol de la mañana anunciaba un nuevo día de calor pero eso a los aventureros chavalotes de Abantos no les echaba atrás.Nosotros podemos con todo. La ruta de aquel sábado era en Soto del Real un pequeño gran pueblo de la Comunidad de Madrid donde ya antes hemos vivido numerosas aventuras.

Llegamos a la hora establecida, 9:00 de la mañana. El local donde siempre desayunamos en Soto del Real nos acogió una vez más como sus clientes VIP. Nos encanto su atención y su agradable personal.
Nos desplazamos con el coche hasta el que seria el inicio de la ruta. Un camino de cabras que solo nosotros y cuatro locos decidimos transitar. Equipación colocada y todos en marcha teníamos un duro camino por delante que caminar.
¡Hey! ¡La foto de inicio!
El camino estaba despejado y el cielo parecía estar cabreado. ¡Nosotros teníamos la culpa! Bueno todos llevábamos chubasquero...

La senda, empezó empinarse y el cielo gris nos seguía amenazando. Nosotros disfrutábamos de la belleza del lugar. Aquella senda con altos pinares a los lados nos estaba gustando mucho. Parada para una preciosa foto y disfrutar del paisaje.
Entre las ramas de los pinos contemplamos la belleza de las montañas cercanas. Los truenos anunciaban que cerca mas de uno estaba luchando contra el tiempo. Mientras solo nos lloviera todo nos iría bien.
Un cartel nos indico la nueva senda a seguir. Estábamos en el buen camino disfrutando del lugar y sobre todo de la compañía.
Un alto en el camino,retomamos fuerzas, el calor nos estaba matando lentamente.
-¡Hey! Quietos hay.
Una preciosa foto para el recuerdo en aquel mirador.

1, 2... tronaba sobre nuestras cabezas, la lluvia hizo su aparición y todos nos colocamos nuestro equipo antilluvia. Seguimos avanzando por la senda que nos llevaba entre aquel bosque. Tres minutos bajo aquel chaparron y todo se calmo. Creo que San Abantos le hecho una reprimenda al dios de las tormenta que esta se marcho.

El cielo se despejo, la luz se hizo y seguimos nuestra aventura por aquel precioso paraje. Un alto en el camino una mirada atrás, todo era tan hermoso.
El típico lugar donde el barro se hizo hace mucho tiempo dueño del sendero. Nosotros lo pasamos como pudimos. El lugar que queríamos visitar estaba tan cerca...


¡Hoyo Cerrado! El animo del grupo creció, una vez más estábamos en aquel hermoso lugar y...
¡Era la hora de comer! Ja, ja...
Un tentempié sentados bajo la sombra de unos pinos que sobrevivían como podían,
Como no una vez retomadas las fuerzas, foto aquí, otra para mi book....
El descenso fue muy rápido. Una vez el guia se mosqueo por nuestro descenso por atajo... ¡Que nos estaban llamando las cervezas fresquitas!