MARIPOSA DE PEGUERINOS

70 kilómetros hasta Madrid, 18 kilómetros hasta El Escorial, 47 kilómetros hasta la ciudad de Ávila y 50 kilómetros hasta la de Segovia.

Un pequeño pueblo de unos 400 habitantes
con una economía que proviene de la industria maderera del pino que rodea el municipio, así como de la ganadería y el turismo rural. . 
Peguerinos con inviernos duros, como consecuencia del clima de montaña, suelen ser más largos y especialmente fríos, presentando frecuentes nevadas.

 La anécdota: en los paisajes naturales del municipio habitan especies protegidas y autóctonas como la cigüeña negra o la denominada mariposa isabelina (Graëllsia isabellae).

Los chcic@s ruteros de Abantos descubrirán en sus carnes la maravilla de la mariposa Isabelina. Se empaparan de su historia y visitaran los preciosos paisajes donde este maravilloso ser habita. Pero este articulo no es para dar envidia, quiero que conozcáis la historia del descubrimiento del ser más hermoso de esta sierra, nuestra sierra. mariposa isabelina (Graëllsia isabellae).
 
A mediados del siglo XIX, cuando los únicos que andaban confiadamente por las soledades del Guadarrama eran tipos con trabuco y barba carcelaria, había un señor con cazamariposas y luengas patillas plateadas llamado Mariano de la Paz Graells, catedrático de zoología en el museo de Ciencias Naturales, que invitaba a tomar café en lo más alto de la sierra a sus colegas de la Société Entomologique de France y, entre tacita y tacita, los deslumbraba presentándoles algún inédito bichejo descubierto allí mismo en fecha reciente por él: “Voilà, monsieurs, la bête en question”. Si Pablo Santos llega a asomar en ese instante, se borra de bandolero y se mete fraile.
En la primavera de 1849, fue cuando don Mariano hizo el hallazgo de su vida. El verano anterior, había encontrado en los Pinares Llanos de Peguerinos (Ávila) " Un paraje muy cercano al Monte Abantos ",una oruga inclasificable, que lo inquietaba
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Su perrito de lanas, Curicus,, fue el que capturaba aquí de un limpio bocado, para aumento de la ciencia y gloria de su amo, una nueva especie de mariposa de la familia de los satúrnidos, de unos ocho centímetros de longitud, con sus cuatro alas de color pistacho, oceladas, venas alares de grueso trazo castaño y largas colas curvas rematando las traseras. Muy pajarera, como se ve, para ser nocturna.
Siglo y medio más tarde, la 'Graellsia isabelae' –'Graellsia', por su descubridor, e 'isabelae', por habérsela dedicado éste a Isabel II– sigue siendo la criatura más bella y esquiva de la sierra. Una Cenicienta que se esfuma tras su amoroso baile nocturnal sin dejar más rastro que alguna ala rota, cuya propietaria resulta tan difícil de encontrar como el mural de bronce que fue instalado hace 30 años en su honor sobre una peña como hay tantas en esta altiplanicie pinariega donde lindan Ávila, Madrid y Segovia.

YA ENVIAREMOS FOTOS DE LA PLACA...




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Fotos e información obtenidas de diversos sitios web